sábado, 2 de mayo de 2009

Trastornos de la Identidad Sexual

En este trastorno lo característico es la incongruencia entre el sexo anatómico (órganos sexuales de la persona) y la identidad sexual (es decir, si se siente hombre o mujer). Por ejemplo: un hombre tiene pene, pero el se siente mujer, le gusta hacer cosas que le gusta a las mujeres y desea ser tratado como mujer.

*La 10ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10) considera tres trastornos diferentes en este grupo:

-Trastorno de la identidad sexual en la infancia
-Travestismo no fetichista
-Transexualismo.

*En cambio, en la 4ª Edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV), estas tres entidades están reunidas en una misma categoría denominada trastorno de la identidad sexual.

-Trastorno de la Identidad Sexual. Para este diagnóstico se requiere cuatro subgrupos de criterios:

Criterio A.- Debe evidenciarse que el individuo se identifica de un modo intenso y persistente con el otro sexo:

En los niños, el trastorno se manifiesta por 4 o más de los siguientes rasgos :

a) Deseos repetidos de ser o insistencia en que uno es, del otro sexo.

b) insistencia en ponerse ropa del sexo opuesto.

c) Preferencia intensa y persistente por el papel del otro sexo o fantasías recurrentes de pertenecer al otro sexo.

d) Atracción intensa de participar en los juegos y pasatiempos propios del otro sexo.

e) Marcada preferencia por compañías del otro sexo.

En los adolescentes y adultos, el trastorno se manifiesta por síntomas tales como:

a) Un deseo intenso de pertenecer al otro sexo, lo que se revela por un afán de adoptar el rol del otro sexo o de adquirir su aspecto físico, mediante tratamiento hormonal o quirúrgico.

b) Un deseo firme de ser considerado como del otro sexo, para lo cual adoptan el comportamiento, la vestimenta y los movimientos contrarios a su sexo anatómico.

c) Un deseo de vivir o ser tratado como si fuese del otro sexo.

d) La convicción de que ellos experimentan las reacciones y las sensaciones propias del otro sexo.

Criterio B.- Deben existir pruebas de malestar persistente por el sexo asignado o un sentimiento de inadecuación en el desempeño del rol sexual.

En los niños este malestar se pone en evidencia merced a los siguientes rasgos:

En los varones, sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer; que sería mejor no tener pene; o sentimientos de rechazo a los juguetes, juegos y actividades propios de los niños.

En las niñas, rechazo a orinar en posición sentada; sentimientos de tener o presentar en el futuro un pene; el anhelo de no querer poseer senos ni tener la menstruación; rechazo hacia la ropa femenina.

Criterio C.- Este diagnóstico no se hará si el sujeto presenta simultáneamente una enfermedad intersexual (por ejemplo, el síndrome de insensibilidad a los andrógenos o una hiperplasia suprarrenal congénita).

Criterio D.- El trastorno debe producir un sentimiento de malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de su actividad.

*Síntomas y trastornos asociados. Muchos pacientes con este trastorno se aíslan socialmente, se desvanece su autoestima y pueden presentar ansiedad y depresión. Algunos se dedican a la prostitución, exponiéndose a riesgos, principalmente a contraer el VIH. Son también frecuentes los intentos de suicidio y los trastornos por abuso de sustancias psicoactivas.

El problema se inicia casi siempre en la infancia, se mantiene en secreto por años y se hace evidente al final de la adolescencia o en los comienzos de la vida adulta. Generalmente el 75% de los muchachos que muestran síntomas de travestismo empezó el trastorno antes de los cuatro años. En ambos sexos, la homosexualidad se desarrolla entre el 30 y el 60% de todos los casos. El transexualismo, caracterizado por el deseo de reasignación quirúrgica del sexo, se da en el 10% de los casos aproximadamente.

*Tratamiento. Es difícil y pocas veces hay éxito si es que la meta es que la persona afectada reasuma su identidad y el rol sexual que le corresponde. Sin embargo, se puede aliviar los síntomas concomitantes y ayudar a los pacientes a que se sientan mejor con el rol sexual que adopten. Los diferentes afrontes psicoterapéuticos: psicodinámico, cognitivo-conductual, familiar sistémico, entre otros, pueden ser útiles. Igualmente, en función de cada caso, se emplearán la psicofarmacoterapia, el tratamiento hormonal y la reasignación quirúrgica. En lo referente a esta última, en pacientes cuidadosamente seleccionados y preparados, los resultados satisfactorios oscilan entre el 70 y el 80%, a pesar de lo cual sigue siendo una medida controvertida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nube de Links